Aunque con ciertas diferencias, el Tzatziki, Cacik, Tarator o Djadjik, son salsas con ingredientes en común, yogur y pepino. Dependiendo de la consistencia que se le dé, se toma como sopa (añadiendo algo de agua), como salsa para kebabs o como dip para tomar mojando pan de pita.
Además de ser una delicia, la salsa de yogur y pepino
es una elaboración culinaria muy saludable.
Los ingredientes básicos son el pepino, el yogur, el ajo, el aceite de oliva, la sal y menta o eneldo. También se incorpora a gusto, cebolla, frutos secos, limón, paprika o miga de pan entre otros ingredientes. El pepino se puede rallar, picar o triturar, según la preferencia del cocinero.
Los ingredientes básicos son el pepino, el yogur, el ajo, el aceite de oliva, la sal y menta o eneldo. También se incorpora a gusto, cebolla, frutos secos, limón, paprika o miga de pan entre otros ingredientes. El pepino se puede rallar, picar o triturar, según la preferencia del cocinero.
Ingredientes
1 pepino grande, 200 gramos de yogur griego, 1-2 dientes de ajo, 1/2 cebolleta, pimienta negra recién molida, sal, aceite de oliva virgen extra, hierbabuena fresca, eneldo (opcional), unas gotas de zumo de limón.
Elaboración
Dispón en un cuenco los yogures. Pela el pepino, retira las semillas y
pícalo o rállalo, Pela y pica también la cebolla tierna bien pequeñita e
incorpora ambos ingredientes al cuenco.
Pela el ajo y rállalo para incorporarlo a la salsa, agrega también la
menta picada, el eneldo, pimienta negra, aceite de oliva y sal. Mezcla
bien y prueba para rectificar del aderezo que lo precise.
Es recomendable amortiguar el ajo y la cebolla antes de incorporar a la mezcla.
El ajo se ralla y se cubre con sal durante una hora, para reducir su picor. Tambien se puede mezclar con perejil, que tiene un efecto amortiguador en si mismo. O se deja reposar toda la noche en aceite de oliva, y luego se usa solo el aceite saborizado con ajo. O se usa ajo en polvo y no fresco. Todo esto es por si los comensales tienen problemas con el fuerte sabor del ajo crudo.
La cebolla se pica y se cubre con un azúcar durante un par de horas, y luego se enjuaga varias veces con abundante agua.